Mujeres Anexionistas

¿Para qué saber la historia de la mujer anexionista?

La historia es una disciplina que nos ayuda a entender lo que pasó, comprender el presente y construir el futuro. La historia es una forma de conservación de la memoria colectiva.

Los historiadores nos ofrecen su versión de los hechos de acuerdo con su formación, experiencias y prejuicios. No existe una historia, existen muchas.

De las clases que tomé en la escuela, solo recuerdo la mención de cinco mujeres: Mariana Bracetti (como la que tejió la bandera del Grito de Lares); Lola Rodríguez de Tío (poetiza); Julia de Burgos (poetiza); Felisa Rincón de Gautier (Mujer de las Américas- de ella abundaban) y Sister Isolina Ferré (estudié en un colegio católico).

De los movimientos ideológicos repasé en el colegio, el nacionalismo y el estadolibrismo.

De José Celso Barbosa decían que era un prócer por haber sido un gran médico negro y por ello haber roto esquemas y de Don Luis A Ferré, fundador del Partido Nuevo Progresista y exgobernador, pero del movimiento estadista que ambos respaldaban, nada.

En resumen, pretendieron enseñarme que las mujeres no hemos hecho mucho en mi Puerto Rico y que en la ideología en que crecí y de la que luego me convencí, la estadidad, era inexistente.

Me rehusé a creer esto. Solo venía a mi mente que dentro del grupo de albaceas de nuestra memoria no existían ni mujeres, ni anexionistas. Entonces, más admiraba a los estadistas por que este grupo retaba la historia oficial, no se dejaron convencer por un sistema de enseñanza colonialista.

Las contundentes declaraciones en el 2016 del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre que Puerto Rico es un territorio bajo el dominio del Congreso de los Estados Unidos y la aprobación de la denominada Ley PROMESA en el Congreso que creó una Junta de Control Fiscal, derrotaron la versión oficial de que el estatus colonial de Puerto Rico fue resuelto en 1952 con la creación del Estado Libre Asociado.

A raíz de esto, se reseñó en la prensa que maestros e historiadores consideran necesario revisar el programa de enseñanza de la historia de Puerto Rico.

¡Válgame, ya era tiempo, después de enseñar por 62 años algo que los estadistas ya habían desmentido!

Por mi parte, me tomó mucho comenzar a investigar, pero a veces uno necesita un empujoncito para echar el resto. Y ese empujoncito fue la obligación de entregar una tesis creativa para mi maestría en periodismo digital.

Descubrí al menos dos organizaciones dedicadas a hablar sobre la mujer en la historia: Proyecto de Estudios de las Mujeres en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, que existe desde 1986 y la Asociación Puertorriqueña de Investigación de Historia de las Mujeres de más reciente fundación. Y uno que otro libro sobre los estadistas, pero algún escrito de la mujer anexionista, era algo insistente.

¿Cómo es posible que dos grandes grupos de nosotros los puertorriqueños, las mujeres y el movimiento anexionista, se ignore y eventualmente quede en el olvido?

Comencé a llamar a los municipios para que ver si podían compartir conmigo las historias de sus mujeres ilustres. Para mi sorpresa, esta fue una tarea sumamente difícil. En los municipios que llamaba para preguntarles de una funcionaria contraria al partido en el poder era un reto.

 Llamé a una biblioteca municipal que me contestaron que la exalcaldesa seguía viva, que la buscara por Facebook que ellos no tenían información; en otro municipio no sabían que la persona de quien les preguntaba había sido alcaldesa y gracias a mi insistencia fue que descubrieron de su existencia.

 No hay cultura de preservación histórica.

 Las redes sociales fueron las que me proporcionaron una gran fuente de contenido, gracias a ellas pude contactar familiares de las mujeres que investigaba y estos proveerme información y hasta uno que otro chisme familiar.

 Quería comenzar mi proyecto incluyendo a mujeres anexionistas en la época de la Guerra Hispanoamericana. Tenía la teoría, que reconociendo que la mujer tenía un papel secundario en un mundo de hombres como es la política y más aún en el siglo antepasado, buscaría la vida de los hombres proamericanos y de ahí buscaría a sus esposas que usualmente apoyaban a sus maridos en esas gestas.

 Qué difícil fue y más aún para una investigadora ‘part-time- y no ‘full time’.

El producto que vemos en este portal cibernético es tan solo un comienzo de lo que he llamado proyecto de vida. Me reúso a permitir que se entierren en el olvido la aportación de la mujer, que somos la mayoría de la población en la Isla, y del movimiento estadista que según encuestas reportadas recientemente por la prensa, también somos la mayoría.

Toda aportación para contribuir a reconocer, conservar y divulgar parte de nuestra historia como pueblo es bienvenida. Enviarla a mujeresanexionistas@gmail.com La historia es de todos, no puede estar secuestrada.

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